BBN domingo 28 de junio de 2009
Mientras las tanquetas militares con sus soldaditos de mercurio arrastran el cadáver zarrapastroso y tibio de “la democracia” por las calles de Tegucigalpa, la caja estúpida sigue empecinada en rememorar las exangües glorias futbolísticas de los ochentas. A eso es lo que yo llamo libertad de expresión.
BBN, jueves 9 de julio de 2009.
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Palabras de un prestidigitador que desaparece bajo sus mangas ensangrentadas un golpe de Estado:
“El asunto de cómo Zelaya llegó a Costa Rica es todo un misterio sin resolver... y que está bajo seria investigación del espíritu santo...”
ii
Los representantes de los medios de comunicación alternativa se reúnen de emergencia en la Sierra Maestra para emitir un pronunciamiento colectivo en condena al implacable bozal que silenció sus hocicos en Honduras. Entretanto, en un quirófano clandestino localizado en un barrio pobre de Tegucigalpa, reconocidos médicos, empresarios y oligarcas se disponen a practicarle una autopsia a la difunta democracia: ¡Qué dios la tenga en su gloria! – agrega expedita la iglesia católica.
Mientras las tanquetas militares con sus soldaditos de mercurio arrastran el cadáver zarrapastroso y tibio de “la democracia” por las calles de Tegucigalpa, la caja estúpida sigue empecinada en rememorar las exangües glorias futbolísticas de los ochentas. A eso es lo que yo llamo libertad de expresión.
BBN, jueves 9 de julio de 2009.
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Palabras de un prestidigitador que desaparece bajo sus mangas ensangrentadas un golpe de Estado:
“El asunto de cómo Zelaya llegó a Costa Rica es todo un misterio sin resolver... y que está bajo seria investigación del espíritu santo...”
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Los representantes de los medios de comunicación alternativa se reúnen de emergencia en la Sierra Maestra para emitir un pronunciamiento colectivo en condena al implacable bozal que silenció sus hocicos en Honduras. Entretanto, en un quirófano clandestino localizado en un barrio pobre de Tegucigalpa, reconocidos médicos, empresarios y oligarcas se disponen a practicarle una autopsia a la difunta democracia: ¡Qué dios la tenga en su gloria! – agrega expedita la iglesia católica.
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