miércoles, 29 de julio de 2009

América Latina: tierra de la falsa democracia


América Latina: tierra de la falsa democracia

Un mes y un día ha transcurrido desde el momento en que Zelaya fue secuestrado y dejado cual desperdicio no deseado en Costa Rica: el problema no es el secuestro de Zelaya y su "destitución forzada" como le han llamado pintorescamente algunos medios de comunicación de dudosa filiación política; la implicación más seria es el secuestro del precario orden constitucional hondureño. Durante todo este mes se ha escuchado de todo, plumas y lenguas se han movido dejando escapar raudales de palabras de condena o alabanza del golpe de Estado, palabras que son eso y nada más, pues las palabras no hacen daño a nadie (eso me lo enseño mi madre). Los jefes de Estado, presidentes y demás dirigentes que se apresuraron a condenar el golpe en Honduras lo único que hicieron fue mover su lengua o su pluma: "gestiones diplomáticas" le llaman a todo este circo, lo que estos saltimbanquis de la OEA, la ONU y el SICA no aclaran es que "gestión diplomática" en su jerga politiquera equivale a decir "NO HACER NADA". Hugo Chávez quien aparentemente es una figura más progresista y contestataria, y además es figura emblemática del ALBA también se ha limitado a vociferar contra los golpistas y hacer algunas bromas fanfarronas, pero desafortunadamente no ha pasado de allí y los simios uniformados y adornados con sus medallas de lata siguen parapetados en el poder, la población sigue viviendo en estado de sitio al mejor estilo de las dictaduras latinoamericanas: toque de queda, libertad de expresión anulada, desapariciones, torturas por electroshock y quien sabe qué otras cosas que ni nos pasan por la cabeza.

Sin ánimos de extenderme mucho y de repasar lugares comunes, hay algunos puntos que me interesa recalcar en lo que podríamos llamar la "Crisis de la democracia" cuyo rostro más formidable y sincero apareció en Honduras.
1. Mucho antes de que B. Obama triunfará en las elecciones presidenciales en Estados Unidos, se había depositado en este personaje la esperanza de un cambio en el mundo, quizá se creyó que el apetito voraz del águila imperial se apaciguaría durante el mandato de este hombre por el hecho de pertenecer a un grupo étnico que ha sido históricamente discriminado (y exterminado sistemáticamente) en dicho país. Creo que esta fe ciega ha empezado a abrir los ojos para descubrir la realidad implacable de la geopolítica gringa: la guerra en Pakistán, Afganistán y el "problema hondureño", demuestran que talvez no era cierto que "un cambio era posible", sino que por el contrario, Obama es únicamente un títere más, un lobo disfrazado de oveja, un blanco disfrazado de negro. No recuerdo quién lo dijo, pero los personajes no hacen la historia, son los conglomerados (ya sea un partido político de vanguardia, una organización de la sociedad civil, etc.) los que hacen la historia. Si no ha quedado claro aún: Obama no cambiará la historia, pues es un personaje inercial que se deja llevar por el oleaje de las políticas definidas por los hombres de poder en Estados Unidos, o sea, los dueños de las megacorporaciones que se están beneficiando infinitamente con los planes de reactivación económica impulsados y aprobados durante la administración Obama. La estratagema de utilizar a Arias para negociar una salida a la crisis Hondureña debería avergonzar al pueblo hondureño pues los golpistas no están en posición de demandar nada. La actitud de Washington es hasta risible sino fuera por las funestas consecuencias que acarrea. Apenas medio siglo atrás los disidentes cubanos apoyados por la CIA desembarcaron en Bahía Cochinos para intentar derrocar a Fidel Castro, la pregunta es ¿por qué la CIA no ayuda a Zelaya a organizar la Contra para derrocar a los golpistas? Una segunda pregunta en esta misma línea de ideas: ¿por qué no se embarga completamente a Honduras tal como se hizo con Cuba durante varias décadas? Creo que la respuesta se sencilla: por que esto no beneficia los intereses de Estados Unidos y es preferible distraer la atención de la gente haciéndole creer en el sueño de opio de una salida negociada al problema hondureño antes de hacer algo.
2. El tema de estas notas tiene que ver con la crisis de "la democracia", democracia que nunca ha existido verdaderamente en nuestras naciones. Durante mucho tiempo nos hemos conformado con participar políticamente a través del único mecanismo que nos confiere la ley: el sufragio. Sin embargo el sufragio es insuficiente – independientemente de la legitimidad del padrón electoral y del proceso – pues el mecanismo del sufragio (esta frase se la debo a Helio Gallardo), la propaganda (el caso del Referéndum de octubre del 2007 en CR es un excelente ejemplo del lavado cerebral a que se somete a la población) y la oferta electoral de candidatos está monopolizada por unos cuantos empresarios y grupos oligárquicos tradicionales. Cuando a través del Estado se intenta abolir toda la corrupción que subyace bajo la falacia de la democracia, se tacha de comunistas o dictadores a quienes lo intentan (como Evo Morales, Chávez, etc.). No significa esto que en Bolivia o en Venezuela esté en marcha la democracia popular radical, pero al menos se están haciendo intentos de que la gente tenga más incidencia política y que esta no este representada por el sufragio.
3. Hasta cuándo lograrán aguantar los golpistas en Honduras es algo que no se puede saber en este momento, pero parece ser que con las supuestas negociaciones y mesas de tragos patrocinadas por el gobierno de Costa Rica los militares se sienten muy a gusto. Parafraseando a Marx: "un fantasma recorre América Latina: el fantasma del golpismo". Y que se cuiden las democracias progresistas de América Latina de que ese fantasma ingrese en su patria y la desbarate a punta de metralla (como se hizo en Venezuela hace algunos años).
Continuará,,,

sábado, 18 de julio de 2009

Ideología y perspectiva


Hace algunos años participé de un curso de Sociología del Conocimiento y allí topé por segunda vez con los trabajos de K. Manheim, aquel increíble alemán que como muchos otros tuvieron que huír de Alemania debido a la persecución nazi de "los intelectuales decadentes". Me interesó principalmente su libro "Ideología y Utopía", en el que Manheim recalcaba la importancia de las ciencias sociales en la búsqueda de un camino viable para la humanidad que nos pudiese salvar de acabar en una hecatombe nuclear o esclavizados bajo el yugo del totalitarismo (fascista o stalinista). Manheim atribuía a los intelectuales la para nada pequeña tarea de imaginar el mundo desde todas las perspectivas posibles, creyendo que los intelectuales (la Intelligentsia) eran una suerte de individuos desvinculados de su clase social y, por lo tanto, sometidos en desigual medida al vicio de la ideología (no como una concepción falsa del mundo, sino como la única visión de mundo a la que un individuo puede aspirar).
Esto me recuerda un poco la arquitectura panóptica de Bentham y las obras de Escher, aquel que todo lo ve, ese cínico que se asoma a través del disco plateado a espiar desde la bóveda la inmundicia de su obra, tanta náusea quizá justifica su absoluto desentendimiento para con las miserables criaturas que habitan la tierra. Después de decretada la muerte de los dioses, gracias a un dios que buscó monopolizar los cultos en beneficio propio, Manheim deseaba crear una deidad panóptica con el barro de los científicos sociales y Escher le apoyaba desde el arte.