Ya todos han escuchado, de una u otra fuente, lo que aconteció el Lunes 12 de Abril en la Sede Central de la Universidad de Costa Rica en San Pedro de Montes de Oca. Para nadie es un secreto, y no se pone en duda tampoco, que lo ocurrido ese día lesionó seriamente la autonomía universitaria, así como la dignidad de toda la comunidad de estudiantes, funcionari@s administrativos y profesores(as). Los compañer@s agredidos no solo fueron vapuleados físicamente, sino que además se ofendió su dignidad y derecho a protestar contra lo que ellos consideraron un abuso de autoridad y uso desproporcionado de la fuerza (violación de sus derechos humanos).
Después de ocurridos estos tristes y alarmantes acontecimientos, la prensa burguesa puso en marcha su maquinaria de blanqueamiento (similar a la utilizada para “blanquear” el golpe de Estado en Honduras): se le atribuyó entonces la responsabilidad de las palizas repartidas a los maleducados, a los “chancletudos, vagos y añejos” que protestaron por la incursión de los agentes judiciales en el campus de la universidad pues ellos “obstruyeron la autoridad”. O sea, además de ser humillados, se les hace responsables de la humillación sufrida, como si ellos se hubiesen dado los palos a sí mismos (doble victimización). El mensaje enviado es claro: calladitos son más bonitos, si abres la boca, te rompo el hocico.
Esto no es nada nuevo. En los últimos años los grupos neoliberales de poder económico y político han buscado criminalizar y deslegitimar los distintos movimientos sociales que se oponen a su proyecto de (anti)país. Importantes dirigentes sindicales, activistas que defienden la naturaleza y sus recursos, o que luchan para crear condiciones de vida más equitativas y justas para la mayoría de la población (y no solo para la minoría parapetada en el poder), son perseguidos desde distintos frentes con el fin de desvirtuar sus luchas y atemorizarles. En cierta forma, existe una ideología fascista que se ha ido extendiendo entre estos grupos y que es comunicada a la población a través de sus aparatos de (des)información (de los cuales el periódico La Nación es sin duda alguno la principal maquinaria de “coco wash”), acentuando el fenómeno de la “falsa conciencia”. Eso explica porqué mucha gente humilde vota a candidatos que promueven políticas que agravan sus vulnerabilidades, como la recién electa presidenta Laura Chinchilla, que busca continuar con las reformas neoliberales que dilapidan los recursos naturales, entregan en concesión importantes actividades económicas tales como la construcción de infraestructura y la actividad portuaria, deteriorando la situación ya de por sí precaria de un importante sector de la población. La “falsa conciencia” también explica el porqué sectores significativos de la población están de acuerdo con la incursión policial en nuestra universidad, y aplauden a pies juntillas, sin comprender mucho del asunto, la garroteada que le dieron a nuestros compañeros y la grave ofensa la autonomía universitaria. Estos estereotipos han sido internalizados y son reproducidos por muchas personas a diario: para ellos lo que dice Telenoticias y La Nación es Santa Palabra.
De allí que sea tan peligroso el responder violencia con violencia. Y me refiero, específicamente, a los grupúsculos de estudiantes autodenominados anarquistas (apuesto a que ninguno leyó nunca a Kropotkin, a Bakunin, mucho menos la crítica al terrorismo contenida en Trotski, y sé que él no es anarquista, pero es un importante referente de las izquierdas, incluyendo la izquierda anarquista) que tiraron bombas molotov y piedras durante el bloqueo realizado el pasado Martes 13 de Abril frente al ingreso por Derecho. Este grupo de alborotadores (que se creen muy anarcos, muy punks por que usan doctor marten’s color cherry red, andan boina y escuchan la polla) demuestra con su accionar una seria deficiencia de lectura política de la coyuntura en la que nos encontramos (o sea, una falta de análisis de las fuerzas en juego, de sus potencialidades y debilidades, del contexto social en el que se enmarca la lucha, para generar desde dicho análisis un plan de acción). La legitimidad del uso de la fuerza en una lucha social no depende de cuan noble o bondadosa sea la causa que se persigue, sino del contexto social en el que se inserta esta lucha. Luego, lo importante es la legitimidad que las acciones violentas puedan tener en espacios sociales más amplios, léase, la simpatía que pueda generar entre la población en general y la capacidad de articulación política (potencial convocador) de dichas acciones violentas. Si no existe legitimidad, dichas acciones están condenadas al fracaso. La Revolución Cubana no hubiese podido triunfar si no hubiese gozado de legitimidad ante el conglomerado social, legitimidad que significó el apoyó de la gran mayoría de la población al Movimiento 26 de Julio. Doscientos viejos no hubiesen podido ganar una revolución sin la simpatía y apoyo de sus paisanos. Si no se toma en cuenta el tema de la legitimidad, el uso de la violencia, no importa cuál sea la causa que se defiende, es contraproducente desde el punto de vista de los objetivos que buscamos alcanzar.
Lo que sufrimos el Lunes anterior, todos y cada uno de los integrantes de la comunidad universitaria, fue un uso desproporcionado de fuerza. Nuestras acciones de protesta deben condenar enérgicamente el uso de la violencia contra nuestra población universitaria. ¿Cómo podemos protestar contra la violencia con más violencia? ¿Qué tienen que ver los civiles en este asunto? ¿O es, acaso, que el director del OIJ venía pasando por allí y por lo menos le cayó un molotov encima? Yo le pregunto a los integrantes de ese grupúsculo: ¿Es que ustedes creen que con sus acciones van a organizar una revolución y van a lograr articular a toda la población en torno a sus ideas, y no me refiero únicamente a la población estudiantil, ya de por sí polarizada, sino toda la población del país, a la que ya no le hace nada de gracia nuestros bloqueos y nuestras marchas?
No es nuestra culpa que la UCR haya perdido legitimidad, de eso se ha encargado la prensa. Pero este grupo de revoltosos y seudo anarquistas sí es responsable de darle la razón a todos los que piensan que “en la U somos un poco de vagos y personas violentas sin ningún respeto por los derechos de los demás”. La burguesía nos está cobrando el ser fuente de pensamiento crítico y resistencia, el haber resistido contra el Combo del ICE y el TLC. Pero nuestra resistencia debe ser inteligente, no una respuesta visceral que se sigue de las pasiones del momento. No en vano somos parte de una de las principales instituciones de enseñanza superior de este país. Este grupo de alborotadores y terroristas, que no hay otro nombre para nombrar a la persona que atenta irresponsablemente contra civiles que nada tienen que ver en el conflicto, lo único que están logrando es ensuciar el nombre de nuestra universidad. Son irresponsables, no se han preocupado por hacer un trabajo político con los estudiantes, no se han tomado el tiempo de hacer una lectura crítica de la coyuntura y creen que todavía estamos con los bloqueos contra el TLC, durante los cuales gozábamos de mucha más legitimidad de la que tenemos actualmente. Para ellos es más fácil reunir varas de bambú, untarse vinagre en los pañuelos (cuando no han tirado ni siquiera los gases lacrimógenos), taparse la cara (como vándalos, como si algo temieran) e ir a bloquear una calle (que de por sí ni es importante desde el punto de vista de los intereses de la burguesía), eso es muy fácil compañeros seudo anarquistas, eso cualquiera lo hace. Yo les pregunto: ¿qué beneficio obtienen de ello? ¿aparecer en tele? ¿agrandar vuestro ego?
Debemos condenar enérgicamente a lo interno de la UCR las acciones de este grupo, que cree que por beligerantes son más inteligentes políticamente, que cree que por irse a estar parados cinco horas tirando piedras frente a las cámaras tienen más huevos, o más tetas (porque eso es lo que ellos piensan, creen que quienes no les apoyan son cobardes).
Es necesario pensar con cabeza fría el contexto en el que nos encontramos, hacer una lectura crítica y responsable y desde allí plantear las acciones a seguir para defender nuestra autonomía universitaria. No podemos combatir la violencia con violencia. Debemos buscar los medios para articular a la población en torno a nuestra lucha, ganar su apoyo y limpiar el nombre de nuestra institución (que ensució la burguesía) de forma pacífica. La violencia solo conducirá a más violencia y en ese campo siempre llevamos las de perder (yo que sepa en la u no tenemos holligans profesionales). En la UCR somos estudiantes, investigadores, trabajadores, generadores de pensamiento crítico de la realidad social, somos promotores de la acción social (para aquellos que dicen que ellos pagan nuestra educación con impuestos, nosotros retribuimos al país con nuestro trabajo). No somos trogloditas, no somos terroristas, salvo un puñado de excepciones que a mí no me identifican, que a mí no me representan.
Camarada Zoroa:
ResponderEliminarEste escrito tuyo sí es un manifiesto, no como el blog que me recomendaste, donde colgaron un texto chapucero y sin formalidad alguna. Pero les doy el beneficio de la duda, y lo idóneo es que supriman esa entrada y pongan una nueva con tu extraordinario artículo.
Por otra parte, deberías asesorar ideológicamente a esos seudoanarquistas pendejos jodiendo al propio pueblo que, tú y yo, y muchos más, desean liberar de esta "'dictalaura' en democracia", que representa el más salvaje neoliberalismo de América Latina: hoy por hoy la nación costarricense, nuestro sistema económico, las conquistas sociales, nuestro agro, nuestra industria, y, lo más importante, nuestros ecosistemas, son el laboratorio para un fundamentalismo de mercado que los nefastos hermanos Arias y los títeres como Laura (pobrecilla: ella no sabe ni dónde está metida!) desean imponer, no por el bien de su país, sino por el bien de sus bolsillos y de la oligarquía que representan.
Para la edición de abril, si tú tienes a bien, podríamos sacar tu artículo en una página de opinión de El Florense, al lado de mi antipoema, esto para sacudir a los beatos de Heredia, que tienen a Óscar y su hermano como los salvadores de la Patria (todo lo contrario): como los hermanos Tinoco, hace 100 años, los hermanos Arias. La reencarnación de aquéllos pero más pendeja, maligna y de doble moral. Bienvenidos a los primeros brotes (la invasión del pequeño ejército del OIJ al Campus de la UCR para humillar y "asustar" a un sector que en pocos meses los adversará como nunca) de represión de un régimen dictatorial "en democracia".
Abrazos fraternos en Amistad y Poesía verdaderas,
Frank.
Gracias por tus palabras Ruffino, por supuesto que tengo a bien que este breve artículo circule en el florence. También tengo que recomendar a los compas de ese blog que se pellizquen y cambien el texto de esa entrada pues el manifiesto que se colgaría en dicho blog era hardo distinto.
ResponderEliminarEstamos en contacto.
Excelente artículo. Yo me sentí demasiado indignado cuando leí unos cartelitos que andaban pegando por la U estos juega de vivos, que para andar pegando carteles si tienen los guevos para andar sin taparse la cara, pero para jugar de muy "revolucionarios" se tapan la cara, poco de miedosos. Lo reitero, excelente artículo.
ResponderEliminarIsra jr.: gracias por pasar y dejar tu comentario.
ResponderEliminarSaludos,