lunes, 22 de febrero de 2010

El dios de los ejércitos: Caín de José Saramago


Hay algo que encuentro sencillamente maravilloso en la literatura de José Saramago: el cómo me hace reír a pesar de la inmundicia sobre la que trate su(s) libro(s). No todos sus libros son así. Hay varios en los que no me pasó por la cabeza reír (por ejemplo, Levantado del suelo). Él le es fiel a su pesimismo (que no es fatalismo), y ese pesimismo, ese particular humor nihilista es lo que encuentro atractivo en su literatura y es lo que lo convierte en un genio. Hace días no dejo un quote, así que dejo dos por todos los que no he subido.

"Así se calmó la ira de dios, pero antes de que el pueblo se dispersase todavía se oiría la estentórea voz clamando, Estáis avisados, quien la hace, la paga, yo soy el señor."
Caín, pp. 127

"Como queda de sobra demostrado, el señor, además de estar dotado por naturaleza de una excelente cabeza para contable y ser rapidísimo en cálculo mental, es, lo que se puede decir, rico. Todavía asombrado por la abundancia en ganado, esclavas y oro, fruto de las batallas contra los madianitas, caín pensó, Está visto que la guerra es un negocio de primer orden, tal vez sea incluso el mejor de todos, a juzgar por la facilidad con que se adquieren en un visto y no visto miles y miles de bueyes, ovejas, burros y mujeres solteras, a este señor habrá que llamarle algún día dios de los ejércitos, no le veo otra utilidad, pensó caín, y no se equivocaba."
Caín, pp. 118 - 119

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